Habitantes originarios

De Ruta de Los Colonos
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El poblamiento de la región de Llanquihue

La provincia actual de Llanquihue fue poblada históricamente por tres vertientes culturales: los pueblos originarios de la región, la influencia de la colonización española y la colonización alemana. De la interacción de estas tres vertientes y culturas confluyen poblamientos sucesivos que dieron nacimiento a conflictos, dominación, aportes culturales, la integración y diversidad social. Sobre esta base se configuró la actual provincia de Llanquihue y el poblamiento del espacio territorial que circunda el lago. De estas tres vertientes, ha una síntesis cuya expresión contemporánea habita la región.

El sitio Monteverde

“En un ambiente diferente al actual, caracterizado por el fin de las glaciaciones y por una fauna hoy extinta, pequeños grupos familiares se asentaron en el sitio paleoindio de Monteverde, localizado al noroeste de la ciudad de Pto. Montt. Desde aquellos tiempos, poblaciones humanas acumulan experiencias y conocimientos para vivir en estas australes regiones y desarrollar sus complejos sistemas sociales y económicos. Grupos de cazadores recolectores distribuidos en la precordlllera, valle y costa desarrollaron modos de vida especializados corno informan hallazgos arqueológicos del periodo arcaico. Hace 2.000 años, aparecen las poblaciones de alfareros, sustrato histórico de los Mapuches actuales, quienes inician el desarrollo hortícola y agrícola, la domesticación de animales e introducción de tecnologías como la cerámica y los textiles”. El origen del hombre en la región tiene una antgüedad de 12.500 años confirmados por la comunidad científica internacional. En Monteverde, cerca de la ciudad actual de Calbuco y a 35 Km. al oeste de Pto. Montt, fueron descubiertos por Tom Dillehay vestigios de vida humana en el año 1976. Actualmente se encuentra en etapa de verificación de otros vestigios aun anteriores que estarían fechados provisoriamente a 33.000 años atrás. De confirmarse la data de estos descubrimientos, estaríamos disponiendo en la región de los indicios mas antiguos de existencia de culturas humanas en América descubiertas hasta la fecha, y que pondrían en tela de juicio las teorías del origen de éste. Hasta ahora, el esquema, de poblamiento continental tradicional establecía la procedencia de Siberia desde hace sólo 11.500 años atrás a partir del cruce del estrecho de Behring y su paso hacia Alaska, en esos años convertido en un corredor por el descenso del nivel del mar tras la última glaciación. Ello habría permitido el poblamiento americano por oleadas sucesivas desde el norte hasta el Cabo de Hornos en el sur. Pueblos originarios se caracterizaban en su organización económica y social por ser pueblos pescadores que vivían de mariscos y crustáceos. En Monteverde, se encontró carne de mastodonte, lanzas de madera, tablas y estacas cuero y hojas de plantas masticadas. Las tablas y estacas revestida con cueros de mastodonte, con las que también se hicieron las divisiones interiores. En el lugar podrían haber vivido entre 20 y 30 personas aproximadamente y se encontró incluso una huella de una pisada humana, en las excavaciones realizadas entre los anos 1977 y 1987. Las evidencias encontradas por el antropólogo Tom Dillehay y el trabajo del geólogo Mario Pino de la U. Austral de Chile, permiten caracterizar a éste como un pueblo de recolectores que se desplazaban hacia el canal de Chacao y que no temían viajar 50 kilómetros hasta el océano Pacifico para recolectar caracoles y moluscos. También se nutrían de hongos, callampas, moras y papas originarias de la zona. Cazaban al mastodonte y a un antepasado del guanaco con instrumentos que ellos fabricaban y que se asimilaban a lanzas de madera. En Monte Verde habitó una cultura que no sólo se dedicaba a cazar, como la mayoría de sus pares en ese tiempo, sino que conocía también el uso de hierbas medicinales. La reconstrucción de las viviendas halladas junto al estero Chinchihuapi permitió concluir, a partir de vestigios encontrados, que habitaban en una especie de plantas rectangulares de tres metros de largo por cuatro y medio de ancho, recubiertas por pieles en los costados. En su interior se descubrieron restos de fogatas, artefactos de piedra y utensilios para trabajar la madera“. Se concluyó que desde hace mas de 12 mil años deambulaban por la actual provincia de Llanquihue agrupaciones familiares de 15 a 20 integrantes que utilizaban la madera, se alimentaban de frutos silvestres y complementaban su dieta con la recolección de mariscos y caza de fauna menor.

Los pueblos pre-hispánicos

Los pueblos originarios establecidos en la región antes del inicio de la colonización española eran principalmente tres: los Huilliches, los Puelches y los Cuncos. Todos ellos hablaban mapudungún a la llegada hispana en el siglo XVI. Los Huilliches, cuyo nombre significa “gente del sur” o “gente del huillin” habitaban al sur del Río Toltén y hasta la Isla de Chiloé. Los Huilliches presentaban numerosas afinidades con los Picunches y los Mapuches, pero poseían un mayor desarrollo cultural, que estos últimos. Se agrupaban en tribus, aunque sin autoridad centra. Cultivaban el maíz, porotos, quínoa y papas. Criaban pequeños animales y consumían pescado. El culto a los antepasados cumplía un rol importante en los ritos religiosos de este pueblo. Los Cuncos vivían en las zonas costeras ubicadas entre el Río Bueno y el Canal de Chacao, viviendo de productos del mar. Tempranamente practicaron la agricultura y de ella obtenían papas, maíz y quínoa. Se conoce de ellos que tempranamente habían domesticado al perro. Eran hábiles mariscadores y su dieta alimenticia correspondía a una combinación de productos agrícolas, mariscos y algas. Poco antes de la llegada de los españoles abandonaron la región continental y pasaron a radicarse en la zona norte de la Isla de Chiloé. Los Puelches u “hombres del este”, vivían en los valles cordilleranos andinos. Eran de menor estatura que los Mapuches. Se agrupaban en pequeñas bandas nómades y casi no practicaban la agricultura. Se trataba de pueblos cazadores recolectores que se desplazaban a lo largo de la cordillera, incluso, al lado argentino en la zona de Río Negro, Neuquén y al sur del Lago Nahuelhuapí. Utilizaban arcos y flechas, lanzas, hondas, lazos y boleadoras. Vivían en pequeños toldos de maderas cubiertos con cuero animal y depositaban junto al difunto, sus posesiones personales en pequeñas cuevas construidas especialmente para ello.

Relación entre los grupos originarios

La relación entre los Mapuches y los pueblos originarios de la zona fue importante. El idioma común (mapudungún) no es extraño a estos pueblos, debido a la conquista territorial que los Mapuches ejercieron en la zona, basados en sus características de pueblo nómada y tradición guerrera, que sobresalía entre los pueblos araucanos. La conquista del espacio geográfico y la movilidad territorial delos Mapuches ejerció una influencia notable hacia las comunidades locales. Los Mapuches en su rebeldía anclada contra los despojos de la colonización española desarrollaron una larga resistencia de mas de 300 años que culminó sólo con la “pacificación de la Araucanía" hacia los años 1870. Desde fines del siglo XIX, los Mapuches han estado semi-integrados a la sociedad chilena mediante una concentración obligada en reducciones. Antes de la vida reagrupada de los Mapuches, éstos se hallaban en un constante y esporádico estado de conflicto militar. La evidencia arqueológica y etnohistórica indica que los Mapuches vivían en comunidades esparcidas y libremente confederadas que funcionaban en un nivel de un “cacicazgo” incipiente de sociedad4”. Tenían una economía mixta con variaciones regionales que dependían, en parte, del tipo de ambiente (es decir, costa, valle centra y las colinas andinas) y del potencial cultural de la población. La agricultura era generalmente la principal actividad productora de alimentos, aunque la caza, la pesca y la recolección de plantas también contribuían a la dieta. Los Mapuches nunca alcanzaron una organización de gobierno centralizado, pero eran dirigidos por jefes formales (lonkos y toquis) durante los periodos de conflicto militar. En tiempos de paz, los lonkos mantenían un papel de consejería respetable e informal. Una forma de unificación regional era una gran congregación religiosa que unía a múltiples grupos de linajes para propiciar los verdaderos antepasados míticos, a una multitud de dioses.