Cultura

De Ruta de Los Colonos
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Los cuentos de hadas de los colonos alemanes en Chile

Se sabe que los colonos alemanes que comenzaron a llegar a Chile durante la segunda mitad del siglo 19 para instalarse en las provincias del sur del país, contribuyeron de manera notable al desarrollo de la cultura. Son conocidos sus valiosos aportes en el campo de la agricultura, de la industria, de la pedagogía. Pero se desconoce que, como no tenían acceso a libros en alemán y tampoco en castellano, también en el ámbito de la literatura contribuyeron con nuevos cuentos e historias narrados por ellos primero de manera oral y publicados por escrito muchos años más tarde en los diarios, almanaques, revistas y pequeños libros editados en alemán en Chile. Se desconoce el nombre de la mayoría de los autores o autoras de estos textos, pero es fácil comprobar que poseen características propias de los cuentos de hadas alemanes, europeos. Es decir, tienen características que no son típicas de las narraciones chilenas, que no se encuentran en los mitos y tradiciones[1] chilenos. Resulta así, que estas narraciones constituyen una suerte de género mixto, que hasta su aparición no se había dado en nuestro país. Género mixto significa que no es posible definir con precisión si se trata de cuentos de hadas, de tradiciones, de leyendas, aunque sí es posible detectar en ellos los rasgos propios de estos géneros, tal como se dan en los cuentos de hadas europeos. Muchas de estas narraciones tienen como finalidad explicar fenómenos de la naturaleza, nombres de plantas y características de animales autóctonos, por medio de sucesos fantásticos en los cuales se entremezclan las creencias en seres sobrenaturales, mágicos, propios de las tradiciones chilenas. Estas narraciones denotan una observación minuciosa de los fenómenos geográficos y climatológicos. De ahí que es fácil concluir que pretenden, muchas veces, dar respuesta a preguntas que no sólo se plantean los niños: - ¿Cómo surgieron los lagos? - ¿De dónde proviene el fuego de los volcanes? - ¿Por qué arrojan los volcanes lava y ceniza? - ¿Cuál es la razón del color de las aguas de los lagos? - ¿Qué hay de verdadero respecto de los tesoros escondidos? - ¿Por qué tienen los abedules el tronco blanco? - ¿De dónde provienen los nombres de ciertos frutos, de ciertos lugares? - ¿Cuál es el significado de las ceremonias de los nativos? - ¿Cómo se visten y con qué se adornan los nativos? Es decir, la mayoría de estas narraciones investigan e interpretan el paisaje del sur, la flora, la fauna, los habitantes nativos, los lagos y los volcanes.

Así, por ejemplo, el cuento de la Princesa Murta explica el nombre de la fruta mediante la historia de una princesa – huemul, hija del huemul – rey, que gobierna sobre los indígenas, les da órdenes y decide que la fruta lleve en adelante el nombre de su hija. Esto se debe a que la princesa Murta, que en una ocasión era perseguida por los jóvenes indígenas, se salvó de la persecución y escapó ilesa, porque ellos se detuvieron a comer el delicioso fruto. Así se lo contó ella a su padre el huemul – rey y éste, en gratitud, ordenó que esa determinada fruta llevara para siempre el nombre de la princesa.

O el caso de Frutilla, la ninfa blanca como la nieve y de cabellos dorados y resplandecientes. Debido a una imprudencia suya, es raptada por el rey de los gigantes llamado "Piedeforme" . Pasados algunos días, ella lo engaña con astucia y consigue escapar. Como todas las heroínas de los cuentos de hadas, también Frutilla es de nobles sentimientos y quiere hacerle llegar a Piedeforme el tesoro que le había prometido. El gigante, empero, arroja todo con furia al lago y hasta el día de hoy permanece ese tesoro en las profundidades, sin que nadie lo haya podido encontrar.

El motivo de la Cenicienta de los cuentos europeos se encuentra tanto en la narración cuyo título es Copihue, como en la de Las tres hermanas. Las heroínas de ambos cuentos - quienes también son blancas como la nieve y tienen cabellos rubios resplandecientes – son rescatadas de la miseria en que viven en su propia familia mediante hechos asombrosos. Ellas son virtuosas, modestas, sufridas, no reclaman sus derechos y sólo se limitan a seguir su intuición cuando se trata de elegir. Naturalmente eligen lo correcto y esto les significa encontrar al príncipe o al hijo del cacique que las hará felices para siempre. Como en las versiones europeas, tampoco aquí se habla más de la familia, ni se sabe de castigos, mucho menos de venganzas, lo que importa es destacar que las que fueron perseguidas y desdichadas, gracias a su virtud llegan a obtener la felicidad.

La tradición del Techado trata el tema del color que tienen las aguas del lago Todos los Santos. E intenta también encontrar una explicación para la ubicación del lago encerrado entre las montañas detrás del volcán Osorno.

O Pillán, una tradición de los araucanos sobre el volcán Osorno y el lago Llanquihue, en la que los elementos reales se mezclan con los mágicos para llegar finalmente a dar una explicación para la existencia del lago Llanquihue.

Si nos ponemos en camino con Kalwün en la narración El viaje del fiel Kalwün hasta el lago congelado, - el joven hace un camino de maduración y de crecimiento al recorrer los bosques y subir las montañas, tal como lo hacen los héroes de las novelas de maduración alemanas ( los así llamados "Bildungsromane") - podemos llegar a conocer los grandes ventisqueros sobre el volcán Osorno y sobre el Calbuco y nos enteramos, así mismo, de que el cóndor es un pájaro benévolo con los hombres cuando éstos no lo atacan.

Como un ejemplo de narración carente de elementos eclécticos se puede citar la de Los huevos amulantes, llena de humor y de sentido común y que concluye con una idea moralizante. Se trata de las peripecias de cinco huevos de aves diferentes que se ponen en camino en busca de la fortuna. Aunque repetidamente les recomiendan no seguir camino – ellos piensan que detrás de la montaña está la suerte – ellos insisten y aterrizan finalmente en la sartén de unos caminantes. Sólo se escapa el huevo de picaflor, por ser tan pequeño, y la narración concluye con la pregunta que él formula, acaso ha valido la pena tanta aventura...

A este grupo pertenecen también los cuentos El príncipe que se convirtió en pastor y El poderoso rey y el prudente Claus. Se trata de cuentos que no tienen un carácter etiológico, que no están ligados a ningún lugar específico y que poseen las características propias del cuento de hadas europeo.

Entre las tradiciones hay varias de contenido histórico o netamente geográfico. Es el caso de las narraciones que tratan el tema de los volcanes y sus erupciones, o las que se refieren a hechos del pasado chileno, de la época de la colonia, que han generado cuentos sobre tesoros escondidos, puentes fantasmales, personajes poseídos por fuerzas extrañas. Aquí puedo citar los títulos El tesoro escondido, Puente de Cristo y puente del diablo. Es legítimo, pues, hablar de un género mixto, en el cual los elementos propios del cuento de hadas alemán, europeo, se adaptan a las tradiciones y consejas de origen chileno muchas veces con afán etiológico, narraciones en las que no está ausente el elemento moralizante propio de los cuentos infantiles. Ejemplos de los elemntos propios del cuento europeo presentes en estas narraciones: - Casi todos comienzan con la fórmula típica "Había una vez", "érase una vez", "Hace muchos, muchos años", algunos, con la variante "Hace mucho tiempo, antes de que los alemanes llegaran al país..."

Hay en ellos pequeños versos intercalados que siempre tienen un efecto mágico. Así, cuando Antú, la pequeña araucana-Cenicienta del cuento Las tres hermanas desea algo, se dirige a su ramita mágica diciendo: " Ramita mágica, ramita mágica, piensa en mí, que soy una pobre niña. Dame un caballo brioso y engalanado y una manta adornada con finos bordados"...

La "ramita mágica" es el equivalente a la varita mágica de los cuentos europeos.

Los animales son capaces de entenderse mediante el lenguaje humano e incluso gobiernan a los hombres, como en el citado caso del huemul – rey, o el sapo gigante que salva a Kalwün de las aguas congeladas del lago. Se mencionan nombres de piedras y metales preciosos que no hay en Chile: rubíes, esmeraldas, brillantes; oro en el interior de los volcanes. Se repite el número tres como número mágico.

En todas las narraciones los personajes aparecen poralizados. Es decir, los buenos son a la vez virtuosos y de rasgos bonitos; los malos son feos y de sentimientos perversos, pero siempre son vencidos por la astucia y la prudencia de los buenos. - Aparecen enanitos, gigantes, ninfas y sirenas, magos. - Las narraciones tienen un final feliz y casi siempre acaban con una enseñanza moral. - Lo natural – terrenal y lo sobrenatural y el más allá se entremezclan. Así, por ejemplo, la niña Copihue tiene contacto con su mamá que está en la eternidad y se le aparece un ángel de parte de ella, que le trae la flor mágica que la hará triunfar en la vida. Todos estos elementos no son propios de las tradiciones y narraciones chilenas, en las cuales aparecen más bien elementos mágicos:

Las hojas del canelo y muchas yerbas poseen propiedades especiales. Así, por ejemplo, es una costumbre araucana echar al equipaje unas determinadas yerbas para que protejan al viajero y el viaje resulte bueno.

El cóndor sale misteriosamente en ayuda de determinadas personas cuando éstas están afligidas. A la niña Copihue la libera de los pescadores perversos; en la narración del Pillán es él el que lleva la rama de canelo hasta el cráter del volcán para evitar el infortunio del pueblo.

En los volcanes habitan espíritus que a veces son favorables a los hombres, y que otras son sus enemigos. Estos espíritus también tienen rivalidades entre ellos y cuando se desatan sus pasiones, sobrevienen verdaderos cataclismos de lava y fuego. Los seres humanos deben ofrecer sacrificios a la naturaleza y a los espíritus para que les sean favorables.

Los nombres propios de las personas llevan consigo un significado existencial: Copihue se identifica con la flor de propiedades mágicas y llega a ser feliz; lo mismo ocurre con Antú, que significa sol y es el nombre de la pequeña Cenicienta araucana que también encuentra finalmente la felicidad.

Entre todas estas narraciones también hay algunas que tienen los rasgos de la leyenda, tal como se designa al género literario cuyos protagonistas son personajes dignos de imitar en sus virtudes. La leyenda es un género de origen religioso – cristiano - medieval, por eso me refiero constantemente a las narraciones que por extensión se han dado en llamar así, como a tradiciones.

Un ejemplo para la mezcla de cuento de hada y leyenda lo constituye la narración El abedul, aparecida en el anexo para la juventud – Jugendblatt – del periódico alemán de Chile Cóndor, en 1949. No ha sido posible determinar si esta narración alguna vez fue publicada hasta el final. En este número 5 del anexo termina en la mitad de una frase, sin que aparezca su continuación en el número 6 que a la vez es el último de la serie. Tampoco se alude a ella en ningún número del periódico Cóndor de ese año. Es, por lo tanto, una narración trunca que oculta precisamente el texto referido a los elementos legendarios.

El caso es que había una vez una princesa muy melancólica que no se reía con nada. Su padre, el rey, había hecho venir a la corte a los humoristas y bufones más destacados, a los actores más famosos, a los médicos más prestigiosos, sin que ninguno hubiera logrado arrancarle la más leve sonrisa. El rey prometía darla por esposa a quien lograra hacerla reír, pero todos los esfuerzos de los especialistas habían sido infructuosos. Hasta que un buen día se presentó al palacio un pintor que prometió hacer reír a la hija del rey si lo dejaban trabajar durante toda una noche sin que nadie lo observara. Al rey le pareció al principio muy sospechoso, pero al fin accedió, imponiendo como condición que el oficial de la guardia lo vigilara. El pintor trabajó incansablemente y cuando al día siguiente abrieron las ventanas del palacio, la princesa soltó una carcajada cristalina: Sus amados abedules tenían todos el tronco blanco y resplandecían brillantes al sol! Es de imaginarse la alegría de todos y también la alegría del joven pintor que había observado hacía mucho tiempo a la melancólica princesa. Comenzaron los preparativos para la boda. Aquí podría haber concluido el cuento de hadas, pero en el texto desaparecido y sólo iniciado, se cuenta que un angelito copuchento le contó lo que había pasado con los árboles a San Pedro en el cielo. El, queriendo hacer justicia, mandó al pintor a donde el diablo. Pero el pintor apeló a la justicia divina y cuando iba a entrar al cielo para encontrarse con Dios... Ahí termina la narración. Sin embargo, se puede suponer que hubo intervención divina, puesto que de hecho los abedules tienen la corteza blanca. En esta narración, entonces, se pueden separar claramente los elementos propios del cuento de hadas de aquellos propios de la leyenda.

Hay que hacer notar que es un hecho interesante el que la solución haya sido encontrada por un artista. El joven pintor era observador y sensible y llevado de su intuición hizo posible que la princesa se curara de su melancolía. Todos estos relatos de los inmigrantes alemanes y sus descendientes en nuestro país son desconocidos. Como trozos de archivo dan testimonio, sin embargo, de una contribución no pequeña a nuestra cultura y enriquecen nuestra literatura. Precisamente porque la mayoría están configurados por una mezcla de elementos autóctonos y europeos son un producto típico, típico chileno – alemán que en gran parte recoge tradiciones y mitos casi olvidados. Otro aspecto interesante es que, siguiendo la dinámica que ya se conoce previa a la recopilación de los hermanos Grimm en su época, también estos textos fueron narrados mucho tiempo oralmente antes de ser puestos por escrito y publicados. Se encuentran: - En almanaques de la Liga Chileno-Alemana, DCB de los años 20 del siglo XX. - En el periódico "Der Sonntag" (El domingo), de fines de los años 20. - En el periódico "Cóndor" de los años 40. - En pequeñas publicaciones de la Liga Chileno-Alemana, DCB editadas a fines de la década de los 40. - En publicaciones de quien fuera rector del Colegio Alemán de Osorno, el profesor Otto Urban, también de fines de la década de los 40. Estos textos - hablan de los araucanos y de sus tradiciones y costumbres, - nos llaman la atención sobre múltiples fenómenos naturales propios del sur de Chile, - nos invitan a interpretarlos también nosotros con fantasía, - y a investigar sus misterios y características, - y, por qué no, nos motivan a inventar nuevas narraciones que se nutran del rico caudal de tradiciones, mitos y cuentos autóctonos, cuyos protagonistas sean los volcanes y los lagos, la flora y la fauna, los indígenas nativos y acaso también los colonos alemanes y sus peripecias.

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Sor Ursula Tapia Guerrero Departamento de Alemán UMCE [1] Me refiero a "tradiciones" para designar lo que comunmente se clasifica como "leyenda", atendiendo a que la leyenda en el sentido estricto es un género religioso medieval que tiene que ver con vidas y hechos de personajes considerados santos y ejemplares. Como tal, este género no se da en Chile.